Deseos, ¿desde y hacia dónde?

Sobre el tapiz todo es posible, sueños deseos y anhelos. La visión de ese tapiz no siempre es clara o se olvida. La culpa siempre es de otros o de las circunstancias o de la vorágine que nos absorbe. Perdemos el rumbo con tanta facilidad… y no nos planteamos, a veces, siquiera, tratar de recordar el camino más básico que podríamos seguir. Nos dejamos llevar por no sabemos qué, por no sabemos quién… podemos llegar a pensar que es todo fruto de una gran conspiración, manipulación provocada por unos pocos, que a su vez son títeres de otros. ¿Será que no queremos mirarnos a nosotros mismos de verdad tal y como somos? ¿Preferimos que nos miren y nos opinen?

Tal vez ese tópico de ser alguien no sea más que el miedo de ser uno y todos, -como todo el mundo quiere algo que no es, yo también lo buscaré…- y así no separarnos del rebaño y ser uno igual que todos. Pero si cada uno sigue el camino de sus propias huellas dactilares, únicas e irrepetibles, infinitas posibilidades aparecen como destino. En cambio seguimos como siempre, como hace años, siglos, milenios, la rueda gira por un sendero infinito y en cambio un punto en ella repite el paso en cada giro completo. Todo cambia y sigue igual. Los animales y plantas siguen comportándose como siempre y nosotros que decimos que nos diferenciamos de todo porque somos racionales también seguimos comportándonos igual que siempre, generando más cosas que no necesitamos, y no solo materiales, sino también ideales, necesidades vanas y abstractas que después nos volvemos locos intentando estudiarlas científicamente para comprendernos a nosotros mismos, como individuo, como grupos, como naciones, como humanos, como especie. Somos fábricas de mentiras, de ilusiones, de miedos, miedos que se aplacan con más mentiras.

Después de tanto tiempo conociendo el “mito de la caverna” ¿cómo es que me parece que seguimos viendo las sombras de la pared de la cueva que se transforman desde que sale el sol hasta que se pone y se repite casi igual al día siguiente? Igual es hora de escuchar a quien propone que hay un mundo real fuera de la caverna, dejar de poner escusas y generar más miedos que fortalezcan el absurdo de no querer despertar a algo que igual es mejor o al menos diferente a lo de siempre. “Pienso luego existo” o “existo luego pienso, amo, odio, siento y vivo…” Existimos, eso sí es real, o eso pienso, o siento, o creo.

Todo parece depender del punto de vista. Desde que nacemos estamos siendo receptores de emociones, sentimientos, pensamientos, creencias, experiencias, circunstancias… que generan nuestro único punto de vista, muchos coinciden en gran parte, otros difieren por completo, pero cada uno tiene un mapa completo y personal de puntos de vista que seguro que no se repite en otro individuo. En cambio nos esforzamos en tratar de unificar los puntos de vista, pero ¿hacia dónde? ¿cómo escoger la dirección a seguir? En estos momentos parece que solo podemos dejarnos llevar, pero yo creo que se puede nadar en más direcciones, salir de la cueva, sentir y existir.